Hacia 1869 y en París se inició una revolución que cambió el paisaje de nuestras ciudades para siempre. Tuvo lugar tras la aparición de un nuevo tipo de comercio más cercano, lúdico y seductor con el nacimiento de Le Bon Marché (considerado el primer Gran Almacén de la historia). Abrió sus puertas (y sus espectaculares escaparates), ideado por el visionario Aristide Boucicaut.
Poco después, infinidad de escaparates se convirtieron en todo un dechado de imaginación donde innumerables artistas innovaban y creaban nuevos conceptos y propuestas inspiradoras. Se potencia un cambio de sistema en el que la psicología del consumidor, aún en pañales, era probada en multitud de escaparates y comercios.
Tan extraordinario fue su impacto, que despertó la enorme curiosidad de un genio ya consagrado cuyo nombre era L. Frank Baum y que combinó su pasión por la escritura (mientras escribía El Mago de Oz) con su otra pasión que era el escaparatismo y de la que fue pionero y para la que no solo diseñó escaparates, sino que escribió el primer tratado sobre escaparatismo allá por el 1900… The art of decorating Dry Windows and Interiors
Décadas después, Salvador Dalí (1939) y Andy Warhol (1961), entre otros genios, dedicaron su talento a crear escaparates para una misma marca (Bonwit Teller & Co), eso sí… en tiempos diferentes y con diferentes resultados… Merece la pena rescatar el vídeo en el que Dalí cuenta la que para mí es una de sus anécdotas más surrealistas.
Nosotros, desde Ártidi, estamos convencido de que el ARTE (con mayúsculas), aplicado a la escenografía en retail, es uno de los principales e inagotables elementos inspiradores para crear propuestas que sorprendan, comuniquen y emocionen a los espectadores y aporten un enorme valor a las marcas.
Tanto es así que marcas como Louis Vuitton o Hermés colaboran de manera recurrente con artistas de todo tipo. Absorben su enorme talento al servicio de las marcas para enamorar a sus clientes.
Por: Roberto Domínguez @vmmaniac
Director Posgrado Escaparatismo Visual Design y Branding