Asesor de imagen, la profesión más bonita…

Me gustaría mostraros lo bonito que es ser asesor de imagen. A todos nos ha pasado alguna vez que no hemos comprado en una tienda o entrado en un restaurante porque no nos inspiraba confianza. Esto, a menudo y en gran parte, suele suceder a causa de la imagen del lugar o de la persona que nos atiende. La imagen influye directamente en el éxito pues en base a la primera impresión tenemos una expectativa del servicio y de su calidad. Lo mismo sucede cuando conocemos a alguien o cuando nos presentamos a una entrevista porque queremos acceder a un puesto de trabajo. Es imposible no comunicar. Desde los primeros segundos nuestro interlocutor formará una imagen en su cerebro sobre quienes somos así como de nuestras intenciones y ello va a depender de los códigos de comunicación que emitimos. La imagen personal tiene varios componentes y solo con una buena alineación entre ellos podremos lanzar un mensaje claro sobre nuestra persona.

Componentes de la imagen personal

La imagen externa, primer componente de la imagen personal y con una influencia aproximada al 55% de la información transmitida, dependerá de los colores, las líneas, formas, tejidos, volúmenes y estilo que hayamos escogido para presentarnos. No explicará lo mismo una persona con nariz aguileña, pelo negro y chaqueta de cuero que alguien con el pelo claro y rizado, pecas y un vestido con cuello bebé.

El segundo componente y con un área de influencia aproximada al 38% es la comunicación no verbal. Cual es nuestra postura, orientación, gestualidad o nuestra expresión facial por ejemplo reforzará esa imagen externa o la debilitará. Así pues, podremos comunicar valores de nuestra personalidad como profesionalidad, seriedad, creatividad… ¡dime como te mueves y te diré qué quieres!

La comunicación oral es el tercer componente y la responsable del 7% de la información transmitida, aunque solo el 2% corresponda propiamente al contenido. La velocidad, el timbre, la vocalización o cómo modulamos tendrá mucha más fuerza que el significado de las palabras. Haz la prueba y susurra una palabra bonita o grítala, verás la diferencia…

El cuarto aspecto que consideramos son las aptitudes de la persona, esas habilidades que le hacen único, diferente y especial. También podemos y debemos proyectarlas mediante los elementos que conforman la imagen personal. Hablamos del cuarto componente, aquel que cuenta tu historia.

Y por último el quinto componente, el más profundo y a la vez importante, que es la actitud. La actitud será indispensable para avanzar en el camino.

Conclusión

El asesor de imagen trabaja con todos ellos, con la esencia de la persona y para cubrir las necesidades de imagen que el cliente requiere en su día a día tanto en su entorno personal, social cómo en el profesional. El asesor de imagen “se enamora” del proyecto, lo estudia e investiga para poder proponer los cambios de mejora que ayudarán a sacar el máximo partido de la imagen del cliente. Siempre digo que trabajamos con material frágil y que nuestra profesión no es en absoluto superficial, pues en cada imagen hay personas con una historia y unos sentimientos. En cada proyecto podemos comprobar el poder que tiene la imagen, como cambia la vida cuando uno se siente seguro y a gusto y como cambia el entorno cuando nosotros nos sentimos así.

Poder acompañar a las personas a mejorar su calidad de vida tiene mucho retorno, eres cómplice de sus éxitos y de sus logros. Por eso pienso que ser asesor de imagen personal es ser un afortunado que trabaja en la profesión más bonita del mundo.

Por: Mar Frigola @salde_mar
Directora de Máster de Asesoría de Imagen Profesional